Los huesos son un alimento que puede hacerle mucho daño a nuestros perros, existen algunos que se astillan muy fácil, tal es el caso de los de pollo y conejo, por esto, se deben evitar a toda costa.
Consecuencias: Rotura de dientes, lesiones bucales, ahogamiento al clavarse en su garganta, perforar su estómago, incluso podrían ocasionarle la muerte.
El chocolate es uno de los alimentos más dañinos para un perro, ya que contiene una sustancia llamada teobromina, es decir, un análogo de la adrenalina que tarda mucho tiempo en metabolizar y, según la cantidad ingerida, le causa nerviosismo, vómito, dolores abdominales, temblores musculares y una baja en los latidos del corazón.
Consecuencias: Aumento en la contractilidad de su corazón, vómito, dolores abdominales, temblores musculares, deshidratación (pues actúa como diurético), úlceras, convulsiones y en ocasiones la muerte.
La mayoría de los perros son intolerantes a la lactosa en cuanto culminan la etapa de la lactancia materna, ya que no cuentan con las enzimas necesarias para disolver el azúcar que contiene la leche.
Consecuencias: Vómito, diarrea, gases y demás problemas gastrointestinales.